miércoles, 24 de noviembre de 2021

Llámame.

Te he estado llamando pero no coges el teléfono. No puedo esperar contarte lo que me ha pasado hoy. Estoy súper emocionada. Si parece un sueño hecho realidad!
Te parecerá que este mensaje es una lata, pero cuando lo escuches me llamarás corriendo.
Hoy a la salida del instituto, después de que la madre superiora cerrara la puerta,  nos fuimos todos juntos como siempre.
Qué tonta, si salimos juntas!
Cuando te fuiste me quedé charlando, cotilleando la verdad, con algunos de los compis.
Y a qué no sabes? Claro que no. Por eso te lo cuento.
Todos se fueron menos Ignacio, ese chico nuevo del otro curso que está tan guapo, el que te comenté que me tenía loca. 
Bueno... Pues que quiso acompañarme. Palabras van palabras vienen, me dijo (si hasta todavía me ruborizó) que le gustaba. No pude negarle que a mí me tenía trastornada. 
Me invitó a un helado. No tenía muchas ganas, pero con tal de estar con él un rato más, lo acepté. Sin darnos cuenta habíamos llegado hasta la esquina de casa. Nos dio vergüenza llegar hasta la entrada y nos despedimos allí mismo. 
Y a qué no sabes? Me besó! Siiiiiiiii, me dio un beso dulce (todavía sabía a fresa su beso) y luego otro y otro.
No daba crédito. Pero seguía ahí. Los dos mirándonos como separados del mundo. Nos separamos con otro más cálido aún y un hasta mañana.
Espero tu llamada.
Anotaré en mi diario este día.
Fue lo más.

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