domingo, 18 de mayo de 2008

Abatimiento colectivo?

Mediodía ya pasado de domingo, de mediados de un mayo caluroso, casi estival.
Nublado.
Un saxo, marco musical para esta esquina de Belgrano, intenta acallar mis pensamientos.
Malena, suena con el desgano de unas manos inapetentes y de una exhalación como si fuera la última.
Y esta Malena me recuerda, a mi María Elena sonriente, vital, lejana, casi intocable, aún en mi memoria.
Discapacitados motrices, y desesperanzados de espíritu, se acercan a cada uno de los que aquí estamos, para suplicar dádivas que nadie regala.
En la enjaulada feria artesanal de la plaza de Juramento y Vuelta de Obligado, (no vaya a ser que se tejan ideas alegres contagiosas que se escapen), sólo se escuchan como en letanía, quejidos rumiados, como el chicle ya sinsabor, y entre cuyas palabras se devanean el campo, el gobierno, la inflación, la antojadiza política de otros, y que sufrimos todos.
Sentada a la mesa de un bar aburrido, y al resguardo de un sol intermitente que se cuela entre nubes y árboles citadinos, me hallo desahogando mis cuitas que no hay muchos que quieran escuchar, y menos aún interesen, en este papel fiel y buen compañero.
Sigo la corriente que me sopla el viento, sin pelear, sin discutir, con deseos envejecidos y rancios, dejando paso libre a los que me continúan en este difícil arte de vivir.
Cómo se sigue?
Así?
Acostumbrándonos a saber que no tenemos la posibilidad de borrón y cuenta nueva?
Y que si bien parecemos los robots de los jueguitos electrónicos, no podemos apagarnos y reiniciar como si nada hubiese pasado?
Y sí!!!
Para nosotros, los humabots, mezcla insólita de humanos y robots, no alienígenas pero si alienados, el game over implica el final.
Este juego irracional tiene un comienzo y también un cierre irremediable.
Por más que nos reprogramemos para adaptarnos a cada instante, la esencia no cambia y el desenlace no se reinventa.
Estoy lúgubre, melancólica, sin límites, ni fronteras, como con una tristeza apropiada para este lúgubre y nublado domingo de mediados de mayo.
Si se te ocurre algo que nos reconvierta en los humanos alegres, vitales aunque mortales, fervorosos y éticos, que alguna vez supimos ser, y con la dignidad que no debimos haber perdido, me avisás?
Espero noticias tuyas prontas.