domingo, 1 de febrero de 2009

Un himno a la vida .....

Qué maravilla!
A resistir, se ha dicho!!!
NO TE RINDAS
(Mario Benedetti)
No te rindas, aún estás a tiempo
De alcanzar y comenzar de nuevo,
Aceptar tus sombras,
Enterrar tus miedos,
Liberar el lastre,
Retomar el vuelo.
No te rindas que la vida es eso,
Continuar el viaje,
Perseguir tus sueños,
Destrabar el tiempo,
Correr los escombros,
Y destapar el cielo.
No te rindas, por favor no cedas,
Aunque el frío queme,
Aunque el miedo muerda,
Aunque el sol se esconda,
Y se calle el viento,
Aún hay fuego en tu alma
Aún hay vida en tus sueños.
Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo
Porque lo has querido y porque te quiero
Porque existe el vino y el amor, es cierto.
Porque no hay heridas que no cure el tiempo.
Abrir las puertas,
Quitar los cerrojos,
Abandonar las murallas que te protegieron,
Vivir la vida y aceptar el reto,
Recuperar la risa,
Ensayar un canto,
Bajar la guardia y extender las manos
Desplegar las alas
E intentar de nuevo.
Celebrar la vida y retomar los cielos.
No te rindas, por favor no cedas,
Aunque el frío queme,
Aunque el miedo muerda,
Aunque el sol se ponga y se calle el viento,
Aún hay fuego en tu alma,
Aún hay vida en tus sueños
Porque cada día es un comienzo nuevo,
Porque esta es la hora y el mejor momento.
Porque no estás solo, porque yo te quiero.

Una crónica vital

Un miércoles con el grupo y en grupo!!!

Que fácil es dejarse transportar por la música. Hasta se pierde peso, el piso desaparece debajo de los pies, y el infinito está mas cerca.
Piano, batería, saxo, contrabajo, voces cálidas casi silenciosas allá en el fondo.
Cuerpo que se mimetiza y se hace uno con la melodía.
Y la escena aparece como en un sueño.
El inconsciente se hace presente, y comienza a mover su presencia a través de esa danza lúdica y desprejuiciada.
No hay quien vea, ni quien supervise, ni aquel que reprima, y se adueñe del sin sentido.
Todo es juego. Y el juego es cuerpo. Y el cuerpo se juega. Y la red envuelve y acaricia.
Se tira al vacío y en él baila en el caos que ordena y desmitifica.
Cuerpos que se mezclan, se cuentan vibraciones, se hablan en silencio.
Sólo como los cuerpos saben si no los domina la mente. Sólo si la máquina se deja y juega con sus entres.
Soy una fuente. No, soy agua que sale de esa fuente con ritmo de piano.
El contrabajo me transforma ahora en un ánfora griega.
Es de aquí de donde brota el manantial con tono bajo y sin contras. Y el agua fluye y se realimenta. Cada vez llega a mayor altura, casi tocando las nubes que le hacen cosquillas a algunos átomos de mi oxígeno.
Vuelvo a mi natural estado, pero sin haber perdido la capacidad de continuar en este viaje por tierras poco transitadas.
La escenografía cambia, pero no el estar.
Comparto un reparto de cartas en donde miro y me ven, donde el ambiente se hace tibio, tenue con olor a seducción. En donde todavía sigue sonando en las huellas de mi memoria ese jazz envolvente.
Y jugamos. Bebemos chispeantes gotas espumantes con olor a viñedos vivos. Y seguimos en la búsqueda de más y más sensaciones que alguien, desde muy lejos y también tan cerca nos invita a develar, en su estar molar.
En este vívido boceto continuamos, y del que también nos despedimos con alegría y serenidad.
Hay otros que también juegan, sienten.
Se caotizan y se ordenan. Son viento y frío. Son lluvia y deseos. Son pensamientos e ilusiones. Son transparentes, pero también tienen cuerpo. Casi llegando a deshacerse de sus órganos.
A veces no se comprende, pero a quien le importa. El comprender es tarea que obtura, la creación no tiene explicaciones, solo se mide en intensidades.
Y es eso lo que hay, intensidades y potencias en pleno trabajo, transformando justo ideas en ideas justas y entre todos.


He vuelto a esta realidad cotidiana, en donde resonar también tiene que ver con nuestro ordenador español, o nuestra compu argentina. Y es en ella en donde se subraya la palabra caotizan en un rojo brillante, imposible de obviar. En ese lenguaje no existe la conjugación del verbo caotizar, porque tampoco existe este verbo.
Pero en mi cartografía puedo inventar, cambiar de línea, huir, robar tiempos de historias mías y ajenas.
En ella puedo hallar idiomas más amplios, a mi manera.
En aquella lengua, caotizan debería cambiarse por cotizan. Debería arreglarlo? No.
Este es mi mapa, mi ruta, mi caos.
Esta también soy yo.