sábado, 23 de octubre de 2010

Ruido repetido

Otra vez en el ruido de la agitación cotidiana.
Muy lejos quedaron atrás los días marinos.
La playa, en esta diaria vida citadina, no es más que el cemento asfáltico, negro y lúgubre como el vapor fétido que soplan los escapes de los autos.
Las gentes alocadamente suben, bajan, corren, saltan, casi vuelan, llevándose su propia existencia por delante.
Sus miradas son el fiel reflejo de la tierra que pisan.
Están ahí, sin saber como ni porque, no miran, no ven, no escuchan, no huelen, no sienten.
No de nada.
Son grandes muñecos gobernados por quien sabe que cosas.
¿En dónde andan? ...........
En sus mundos, sus problemas, sus locuras, sus familias, sus pobrezas, sus vergüenzas.
Están inmersos en una gran calesita monstruosa, transparente y pegajosa, que gira y que gira, marea y confunde.
¿A dónde van? .............
A buscar la sortija de la fe para probar nuevamente suerte en un partido vertiginoso en el que ellos no juegan, y lo más triste de todo, es que ellos ni están enterados.
Y así hasta la próxima vuelta, en donde la miseria volverá a acompañarlos, quitándoles ganas, sacándoles esperanzas, robándoles los sueños, metiéndoles miedo.
Pero de nuevo a ........girar.
Otra cosa no saben hacer.

jueves, 21 de octubre de 2010

Presencia


Escondida detrás de un médano, al resguardo del viento frío del sur, adivino el oleaje crispado del mar.
Me siento como pez en el agua, en estas zonas en donde la energía del universo tiene olor a profundidad y a sal.
El rugido humeante y salino de su voz me infunde fuerzas para seguir.
Es como si pudiera, como desde hace tantos siglos, transmitir la sabiduría de los viejos, que con sus consejos tiernos, alivianan el dolor.
Estoy casi despidiéndome, como tantas otras veces. Pero lo bien que me hace encontrarme con él.
Siento fundir mis lágrimas con su bravura. Parece enojado (sólo en apariencia) pero a mí me envuelve y me acaricia, me habla y me abraza, me mima y me da ganas.
Hoy está triste.
Sus aguas grises, su espuma blanca, me saludan desde tan lejos, al igual que un padre despide a un hijo. Pero por lo menos pudimos estar cerca unos días.
Mis ojos te lloran, mi alma te cobija, mis pulmones te extrañan, mi piel te añora.
Pero te llevo en mi mente,..........
hasta la próxima vez.

viernes, 15 de octubre de 2010

Universos

La vida es un libro interminable de universos desconocidos.
Se escriben minuto a minuto andares y regresos, y uno, sin darse cuenta.
Este momento es ahora, y ese ahora ya es pasado.
El futuro está entre las manos sin poder alcanzarlo.
Es juguetón como un niño e impredecible como el viento.
Escurridizo como el agua, agobiante como una tarde húmeda de verano.
Y en mi microscópico mundo, de sensaciones interminables, trato de asirme de todo para no perderme de nada.
El todo y la nada, el blanco y el negro, la luz y la oscuridad, el sol y la luna, el día y la noche.
Pero en este intento loco, me pierdo del bosque sólo por mirar el árbol.
Me quedo sin lo bueno y valioso, anclándome en lo que tal vez pueda darse.
Esta incapacidad que los humanos tenemos de no permitirnos descubrir lo esencial invisible, la sonrisa del otro, nuestra propia alegría interna, las ilusiones guardadas, la certeza de estar vivos.
Y así se nos escapa la vida, tan larga y tan corta. Tan larga para padecerla, pero tan corta como para darnos cuenta que sería mucho más sencillo si pudiéramos entender que este minuto es único y que jamás se podrá repetir.

jueves, 7 de octubre de 2010

La espuma

Oh, la espuma, la espuma!!!

Es como la esperma que el mar deposita en la orilla..........

El océano ama la playa, le entrega toda su agua, y con ella toda su espuma.

Tal vez por eso nunca pudo separarse el mar de la orilla. El y ella se entregan con un amor profundo, sin límites, con el compromiso eterno de estar, permanecer, llenarse y dejarse llenar, y siempre recomenzar.

Hasta en las tempestades uno se afirma sin miedos en el otro.

Se hablan, se comprenden, se alían, se unen, se complementan, mas nunca se simbiotizan. Dejarían de ser ellos.

A veces parecen discutir. Él le grita, ella se amansa, lo amansa; por momentos ella se siente más fuerte, y en esta charla de fuertes vientos, él la abraza acariciante. Entran a jugar; él se escapa a su interior, ella lo busca y lo sigue en sus profundidades, y continúan así el cortejo seductor sin fin.

El sol les da su calor, la luna ilumina sus noches, las estrellas son su manto celestial y etéreo. Las nubes y la lluvia, el viento y el horizonte, las caracolas, las algas y los peces enmarcan la inmensidad de sus existencias.

Que grande, que hermoso, que eterno este convivir amoroso sin preguntas (no hacen falta) sin respuestas (está todo dicho) de esta pareja sin par de la que nada tenemos que ver.

Si hubieses sido ese océano, y yo esa orilla, nacidos en el comienzo de los tiempos, ellos nos mirarían regocijados ........ por haberlos entendido!!!!!