miércoles, 30 de enero de 2008

Cuerpos en acción

Vínculos

Resonar. Caldear.
Entibiar. Agobiar. Confiar.
Velocidad de acontecimientos.
Sazonar las emociones con los encuentros.
Te miro, te veo, me miras y me ves.
Te pido y me das.
Me pedís, te doy.
Sin palabras.
Con caras, con gestos, con miradas.
Cuerpos en vínculo. Vínculos corporales.
Con risas nerviosas que evitan el sonido del silencio.
Historias, cartografías tan dispares y unidas por el vértigo del lazo familiar o no. Es conectarse con otro tan distinto e igual.
Diferencias del contacto, semejanzas del abismo, vínculos, míos, tuyos, con los míos, con los ancestros.
Tan primitivos y elementales.
Tan indispensables como el aire.
Tan difíciles de entender como un argentino en Japón. Como yo con vos.
Solo se trata de vínculos, redes entre mas de uno, tejido de afectos, de experiencias, de éxitos y frustraciones.
Encrucijada de momentos compartidos retenidos mas allá de la memoria.
Inscriptos en el cuerpo, la mirada, la postura, la piel, los años y las distancias, lo cercano.
El tiempo lo modifica todo.
Mi recuerdo, tu percepción, la escenografía, la necesidad imperiosa de retener ese instante de una manera especial.
La perspectiva de un pequeño y dulce sueño enturbiado por lo que ahora ya no puede ser, melancolizado por lo inevitable.
Hay mucho por delante, o tal vez no tanto.
Pero no es suficiente.
Ni ahora, ni antes, ni mañana.
Insaciable emoción de que siempre es tarde. Nunca se llega.
Ya fue ese tiempo de soñar.
O acaso recién empieza.

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