sábado, 1 de marzo de 2008

Volare ....oh oh!!!!!

Ilusión

Me voy de viaje.
Viajo en silencio, en un mundo paralelo.
Nadie lo sabe. No hay quien se dé cuenta.
Es que todavía pueden verme, tocarme, oler mi perfume.
Escuchan mi voz, la que se exhala en esta dimensión.
Pero casi no estoy.
Monto una hermosa alfombra mágica, más moderna y aggiornada que las de Las mil y una noches.
Con ella puedo ir a todos lados.
Volar hacia donde quiero sin trámites, sin pasaportes, sin dinero, sin demora.
Y como si eso fuera poco, soy invisible, ni siquiera ocupo gran espacio.
El cubículo de una silla, la comodidad de un sillón acogedor, o la inmensidad absoluta de un colchón dos plazas.
La maravilla de esta manera de viajar permite sentirme amada por el hombre que amo, reconocida en cualquier ambiente que frecuente, admirada, si voy ilusionada.
Cuando me acompaña la melancolía, llego hasta el abandono y la orfandad.
Desde Premio Nobel a una total desconocida.
Desde la ovación mundial a la desaparición.
Es un tema este entrecruzamiento, cruel entramado volátil.
De poder a casi no saber.
De verme reflejada en una imagen especular, a no encontrar nada que devuelva ese vidrio plateado y brilloso frente a mí.
Quien sabe, quizás en esos días en los que el sin sentido gobierna mis sentidos, también en esos momentos esté de viaje.
Música y silencio.
Caos y vació.
Borde y centro.
Todo y mucho menos.
Cuando la mente vuela nada más hace falta.
La imaginación creadora de las más bellas fantasías, toca la puerta de lo posible.
Aunque también despierta las pesadillas más terroríficas.
Todo depende del lado de la moneda en que me toque vibrar.
El derrotero que mi mano sigue sobre este mágico espacio de papel, es otra forma de transcurrir, en vuelo iluminado.

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